En el Palacio Real de Madrid, se abre al público la exposición Carlos III. Majestad y Ornato en los Escenarios del Rey Ilustrado, con la que se conmemora del tercer centenario de este monarca y que permanecerá abierta hasta el 31 de marzo de 2017.
Soberano ilustrado y, como tal, mecenas de las artes, el monarca constituye el referente más indiscutible en la fértil relación que han mantenido la Corona y la Cultura en España durante la Edad Moderna. Su gobierno, además de las grandes obras públicas que promovió, supuso la intervención estatal en aspectos estéticos a una escala amplia y variada. Pero sin duda donde con más claridad se perciben tales innovaciones es en el propio entorno del monarca, en el arte cortesano creado bajo su directo mecenazgo, y que pone en valor esta exposición.
Estas obras artísticas, que servían para la vida cotidiana del rey y su familia, estaban pensadas tanto para fines funcionales, como ornamentales y representativos: su calidad, su magnificencia y suntuosidad, su tono cosmopolita constituían toda una declaración de poder. Expresaban no sólo la majestad del rey, sino la de la vasta monarquía simbolizaba en su persona. En sus palacios –tanto el de Madrid como el de los cuatro sitios reales donde la corte pasaba cada estación del año- se expresaba esta alianza entre el poder y la ilustración mediante todas las bellas artes: la pintura con figuras como Giambattista Tiepolo, el ya mencionado Mengs y todos sus discípulos españoles, entre ellos el incipiente genio de Francisco de Goya; las artes decorativas merced a las Reales Fábricas de tapices, de porcelana y piedras duras, de cristales y de relojes, y a los talleres dirigidos por diseñadores como Mattia Gasparini.
Reconocibles aún en los palacios, pero en gran medida dispersas debido a la misma evolución de la vida cortesana y a los avatares históricos, las obras ornamentales creadas para expresar la magnificencia de Carlos III constituyen uno de los tesoros culturales de España. Patrimonio Nacional plantea aquí una nueva lectura de esta página esencial en el acervo estético español, presentando obras emblemáticas y programas decorativos que no podían verse de forma conjunta desde el siglo XVIII, así como otras obras no mostradas al público en los últimos años o procedentes de colecciones extranjeras de difícil acceso. Asimismo, será la primera vez que se muestre el Retrato de Carlos III, pintado por Mengs y regalado por el monarca al rey Federico V de Dinamarca, que nunca se ha expuesto en España.