viernes, 25 de noviembre de 2016

METAPINTURA




El Museo del Prado propone un nuevo acercamiento a sus colecciones con Metapintura, una muestra que se inscribe en la serie de exposiciones, que comenzó en 2010 con Rubens y continuó con Belleza encerrada (2013) y Goya en Madrid (2014), para ofrecer al visitante la oportunidad de reflexionar sobre la propia colección y contemplar las obras articuladas en un contexto inédito abierto a nuevas lecturas.
Metapintura sugiere un viaje que comienza con los relatos mitológicos y religiosos sobre los orígenes de la actividad artística en los albores de la Edad Moderna y finaliza en 1819, año de la creación del Museo del Prado, para celebrar así, también, el 197 aniversario de esta institución concebida como templo de las artes, y que supuso, a comienzos del siglo XIX, la entronización de éstas como material útil a la sociedad.
Una exposición que pretende hacer reflexionar al visitante sobre dos fenómenos complementarios. Por un lado, el hecho de que durante los siglos XVI, XVII y XVIII no existía una concepción de la historia en términos nacionales sino un concepto mucho más amplio de la idea del arte, un lenguaje universal que no conocía fronteras. Prueba de ello son las obras de pintores españoles, italianos y flamencos en las que se rinde tributo explícito a Tiziano y que pueden verse en la exposición. Por otro lado, a través de la presencia de Jovellanos y de los primeros escritos españoles modernos sobre historia del arte en la muestra, el visitante podrá entender cómo a finales del siglo XVIII nace una concepción moderna de la historia del arte ligada a la historia nacional.
El recorrido planteado en esta exposición se contextualiza en dos de los pilares más ligados al Prado y que constituyen su columna vertebral: las Colecciones Reales y el arte español, dos términos inseparables ya que el desarrollo del arte español estuvo íntimamente condicionado por la existencia de las colecciones reales. Un itinerario, muy variado desde el punto de vista material, ya que incluye pinturas, dibujos, estampas, libros, medallas, piezas de artes decorativas y esculturas, de las cuales 22 han sido prestadas por 18 museos y coleccionistas diferentes como la Fundación Casa de Alba, la National Gallery de Londres,  el Museo de Bellas Artes de Sevilla, el Banco de España o el Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
137 obras que hacen alusión al arte o las imágenes porque representan a artistas como los autorretratos de Tiziano, Murillo Bernini o Goya; porque incluyen otras pinturas o esculturas como San Benito destruyendo los ídolos de Rizi o Palas y Aracne de Rubens; o porque abordan alguna cuestión relacionada con la definición del arte y su historia como el libro de José García Hidalgo, Principios para estudiar el nobilissimo, y real arte de la pintura… o el retrato de Jovellanos, obra de Goya.
Como tal viaje, esta muestra se divide en etapas. Quince etapas que hablan de la relación entre el arte, el artista y la sociedad, y cada una de las cuales aborda un asunto específico: los poderes atribuidos a la imagen religiosa, el papel desempeñado por el cuadro dentro del cuadro, el intento de los artistas por romper el espacio pictórico y prorrogarlo hacia el del espectador, los orígenes y el funcionamiento de la idea de tradición artística, los retratos y autorretratos de artistas, los lugares de la creación o del coleccionismo artístico, el origen del concepto moderno de la historia del arte, la subjetividad que irrumpe en los autorretratos desde la Ilustración o la importancia que en el debate artístico moderno tuvieron los conceptos de amor, muerte y fama.
Además, en esta exposición el Museo del Prado rinde homenaje a Cervantes en el IV centenario de su fallecimiento ya que reserva un espacio al Quijote, como hito universal de la literatura autorreferencial, poniéndolo en relación con Las meninas. Así como la obra de Cervantes es una novela sobre la novela, la de Velázquez es una pintura sobre la pintura, en la que el autor no solo se representa pintando, sino que aborda varias cuestiones importantes sobre las posibilidades del arte de la pintura y el papel del pintor.
Las meninas permanecerá en la sala 12 del edificio Villanueva, donde se expone habitualmente, pero está presente en la exposición a través de una reproducción actual de un fragmento del grafoscopio de Laurent frente a primeras ediciones de las dos partes delQuijote,  para recordar al visitante que dos de las obras maestras del Siglo de Oro en España son puntos de referencia para la historia de la metaficción.
Museo Nacional del Prado15/11/2016 - 19/02/2017
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