viernes, 29 de junio de 2018

Sorolla en Avilés




Sorolla (Valencia, 1863-Cercedilla, Madrid, 1923) 

La exposición Sorolla en su Paraíso pretende ofrecer un retrato fotográfico de Joaquín Sorolla y de su universo creativo y personal, así como su reflejo en los ámbitos culturales y artísticos españoles, entre las vísperas de la Revolución de 1868 y la Dictadura del general Primo de Rivera, mojones históricos entre los que discurrió su vida. Dada su condición de gran artista y gloria nacional, Sorolla fue siempre objetivo de fotógrafos, como Antonio García, Christian Franzen, Campúa, González Ragel o Gertrude Kasëbier, que le retrataron en plena faena, en los ámbitos familiares y en los lances más relevantes de su vida.




Esta exposición Pedro Masaveu: pasión por Sorolla rinde homenaje al empresario y filántropo Pedro Masaveu Peterson (1938-1993) en el veinticinco aniversario de su muerte a través de su amor por el arte y de su especial predilección por el pintor Joaquín Sorolla y Bastida (1863-1923), una de las personalidades más ricas, prolíficas y fascinantes que ha dado la historia de la pintura española moderna.
Pedro Masaveu es además el principal coleccionista español de Sorolla. Adquirió cincuenta y nueve obras realizadas entre 1882 y 1917, de las cuales 46 continúan en la Colección Masaveu y trece pertenecen a la Colección Pedro Masaveu, hoy en el Museo de Bellas Artes de Asturias.

Este importante conjunto de pinturas de diversas temáticas, con especial atención a los asuntos relacionados con el mar y las playas, se presenta en su totalidad por primera vez al público, a excepción de Llegada de la pesca, que se expone actualmente en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Entre esas pinturas, hay que citar como referentes de primer orden La familia de don Rafael Errázuriz Urmeneta (1905), Mi mujer y mis hijas en el jardín (1910), Playa de Valencia. Sol de tarde (1908) y Cosiendo la vela (1904) de la Colección Masaveu y Transportando la uva. Jávea (1900) y Corriendo por la playa (1908). Valencia, de la Colección Pedro Masaveu.
Del 28 de junio de 2018 a las 16:00 al 6 de enero de 2019 Centro Niemeyer  Principado de Asturias,  Ayuntamiento de Avilés 
PRECIO: 3 €

miércoles, 20 de junio de 2018

Lorenzo Lotto


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(Venecia, h. 1480-Loreto, 1556/1557). Aunque fue uno de los pintores venecianos de mayor talento en la primera mitad del siglo XVI, Lotto fue también uno de los más peculiares, y su carrera incansablemente itinerante lo marginó un tanto de la escuela veneciana. Parece probable que se formara en su ciudad natal con Alvise Vivarini, pero su primera actividad independiente tuvo lugar en Treviso (h. 1503-1506). Un encargo de los dominicos de Santo Domingo de Recanati le llevó a Las Marcas, donde permaneció seis años (1506-1512). En 1509 trabajó en la Stanza della Segnatura del Vaticano, pero su estilo altamente expresivo y ajeno al clasicismo no debió ser del agrado del papa Julio II, porque rápidamente fue sustituido por Rafael. La ocasión de pintar otro cuadro de altar importante para una iglesia dominicana la tuvo en 1512 en Bérgamo, donde pasó también varios años. En 1525 regresó a Venecia, y allí siguió trabajando para clientes de Bérgamo y Las Marcas además de locales. Esa etapa veneciana se vio interrumpida por nuevas estancias prolongadas en Las Marcas (1538-1540) y Treviso (1542-1545). En 1549 abandonó finalmente Venecia por Las Marcas, y vivió sus últimos años como hermano lego en una comunidad religiosa de Loreto. Lotto pintó sobre todo asuntos religiosos, pero fue también retratista. Sus muchos cuadros de altar, por ejemplo las tres Sagradas conversaciones para las iglesias de San Esteban (ahora San Bartolomé), Santo Espíritu y San Bernardino de Bérgamo presentan esquemas compositivos relativamente tradicionales con una técnica no menos conservadora, que persigue una factura lisa y controlada y se recrea en la exactitud de los pormenores. Pero su expresión del sentimiento religioso es muy personal: rayana a ­veces en lo humorístico, suele transmitir una aguda intensidad emocional, aún más acusada por la acidez y disonancia del colorido. Esas notas también se advierten en pinturas religiosas de formato menor, como el San Jerónimo penitente (Prado), obra tardía, de 1546, que Lotto pintó para su amigo Vincenzo Frizier, regidor del hospital veneciano de Santos Juan y Pablo. La invención compositiva y la penetración psicológica de sus retratos, donde es característica la insinuación de una vida interior tensa y agitada, hacen de Lotto uno de los más grandes retratistas del renacimiento italiano. La sensibilidad hondamente piadosa que aflora en sus cuadros se manifiesta asimismo en el libro de cuentas ­(Libro di spese ­diverse) que llevó durante los dieciocho últimos años de su vida (1538-1556). Ese importante documento, casi único en su género, proporciona abundante información no solo sobre la práctica profesional del artista y su mundo social, sino también sobre sus reflexiones y sentimientos íntimos. La crítica, sin embargo, ha estado muy lejos de mostrarse unánime a la hora de interpretar a través del Libro la personalidad de Lotto y su actitud frente a las controversias religiosas de su tiempo.

Museo del Prado hasta el próximo 30 de septiembre.

jueves, 14 de junio de 2018

UNA HISTORIA A LA SOMBRA DE SUPERMAN


Con el motivo de la publicación de JOE SHUSTER: UNA HISTORIA A LA SOMBRA DE SUPERMAN, un somero acercamiento a la historia:

Jerry Siegel y Joe Shuster, dos jóvenes norteamericanos crearon en 1933 un personaje que fue llamado Superman, y que apareció en la historia The Reing of the Superman, publicada en el número tres del fanzine Science Fiction. (Enero de 1933), como un villano inspirado en la novela Gladiator de Philip Wylie; modificaron el origen y motivaciones del personaje, para reconvertirlo en un héroe, y fue vendido en 1937 al editor M.C. Gaines, que buscaba material para publicar en el número uno de una revista de cómics.

En junio de 1938 apareció el primer número de Action Comics y, desde ese momento, la fama de Superman no hizo sino crecer. Pese a los cuantiosos ingresos económicos obtenidos por los editores los salarios que cobraban los creadores eran  magros por lo que vendieron el copyright de Superman a la editora de la revista Action Comics, por 130 dólares.

Con el éxito de ventas de la revista, el personaje fue adaptándose a otros medios como radio y cine; mientras los periódicos publicaban las tiras de cómic diarias también realizadas por Siegel y Shuster, que  apenas recibieron unos quinientos dólares por número publicado.

Se alistaron en el ejército  en la Segunda Guerra Mundial y a su término regresaron a su tarea de escribir y dibujar los cómics. La salud de Joe Shuster se fue resintiendo y comenzó a perder la vista, por lo que tuvieron que contratar ayudantes  para que terminaran sus dibujos.

La creación de Superboy, sin contar con Siegel y Shuster, dio origen a que decidieran demandar a la empresa. En 1948 finalizó un largo juicio en el que los creadores invirtieron todo su dinero. La sentencia le dio la razón a los editores menos en  el contencioso sobre Superboy, por lo obtuvieron una indemnización de cincuenta mil dólares, y ellos fueron despedidos de la editorial. Joe Shuster se retiró en 1951 al no poder trabajar debido a sus problemas de visión. En los años 50 Siegel que estaba arruinado volvió como un simple empleado y a mediados de los sesenta de nuevo fue despedido. 

En 1975 ante el inminente estreno de la Película sobre Superman y para evitar mala publicidad, se le otorgó una pensión anual de 35.000 dólares a cada uno para el resto de su vida y se reconocieron parcialmente sus derechos.

Años después de su fallecimiento, (Joe Shuster en 1992 y Jerry Siegel en 1996) sus herederos promovieron nuevos litigios por los derechos del personaje.  

miércoles, 13 de junio de 2018

Trinca



Trinca fue un tebeo publicado entre 1970 y 1973 por Editorial Doncel que dependía de la Delegación Nacional de la Juventud. Su calidad de impresión era muy superior a la media de las revistas españolas de su tiempo. Su elevado precio, cinco veces el de publicaciones de entonces, la periodicidad quincenal, no permitió un mayor desarrollo de este importante proyecto editorial. Afrontó retos importantes para la época en la modernización del comic y, por ejemplo, lanzó al mercado internacional a geniales historietistas españoles, como Antonio Hernández Palacios, considerado posteriormente como un genio del comic a nivel internacional. Constó de 65 números, incluyendo uno extraordinario y un almanaque.  Uno de los directores-gerentes de Editorial Doncel que idearon y luego editaron y potenciaron Trinca fue Juan Van-Halen Acedo.
En junio de 1971,  y  durante su dirección-gerencia,  se lanza la Colección Trinca, álbumes que, al precio de 100 pesetas, ofrecían las recopilaciones de las series aparecidas en la revista del mismo título. Ésta línea editorial sobreviviría al cierre de la revista, prolongando su actividad hasta 1977, publicándose un total de 36 títulos.

Se distinguía la revista por presentar una sección titulada "Tebeoteca y Héroes Menores", mostrando así la corriente reivindicativa del medio que se daba entonces en España.
Trinca difundió el trabajo de numerosos creadores españoles hasta entonces poco conocidos, como Carlos Giménez, Jaime Brocal Remohí, Esteban Maroto, Chiqui y Víctor de la Fuente; sirviendo además de campo de pruebas para nuevos valores, como Alfonso Azpiri, Miguel Calatayud o Ventura& Nieto . Todo ello la convierte en una revista fundamental para la historia del cómic autóctono. ​

Fuente : Wikipedia

viernes, 8 de junio de 2018

Ciencia Ficción Manchega



Carlos Saiz Cidoncha (Ciudad Real13 de febrero de 1939-Madrid27 de marzo de 2018) fue hijo del prestigioso veterinario de Ciudad Real Dr. D. Laureano Saiz Moreno (1906-2006) científico de talla internacional y académico, y puede afirmarse que tuvo en él un ejemplo vivo de aprecio por el estudio, responsabilidad y respeto por la ciencia. Tras sus primeros estudios Ciudad Real, Carlos Saiz Cidoncha se instaló en Madrid y se licenció en Física en la Universidad Complutense de Madrid donde tuvo profesores de gran valía como Salvador Velayos, especialista en electromagnetismo y campos de energía. Al poco de acabar la carrera preparó las oposiciones al Cuerpo Nacional de Meteorología obteniendo plaza brillantemente. Además de sus estudios, desde muy joven había sido un gran lector de literatura en español, inglés y francés, idiomas que hablaba su madre, Eloisa Cidoncha, quien había ayudado a su marido como traductora en su actividad científica. Carlos no dejó de formarse en toda su vida acumulando una cultura enciclopédica. El fantástico y la ciencia ficción, la historia y la historia militar centraron su interés. Su obra literaria refleja esas preocupaciones, donde también encontramos una especial sensibilidad social en algunas de sus obras más representativas. En los años posteriores prosiguió sus estudios, obtuvo el título de Graduado Social, diplomado en Criminología, obtuvo la licencia de Detective Privado, se licenció en Derecho —colegiado en Madrid— y, finalmente, se doctoró en Ciencias de la Información con una tesis doctoral pionera sobre la ciencia ficción en España.​
Siendo ya funcionario de carrera del Instituto Nacional de Meteorología solicitó destino en la entonces provincia de Guinea Ecuatorial, donde vivió la experiencia de la colonización y la descolonización posterior; la visión del mundo africano influyó poderosamente su narrativa, que empezó a crear entonces. Tras la independencia de Guinea Ecuatorial continuó aún dos años en el país hasta que la situación política de los cooperantes y residentes españoles se deterioró y tuvo que volver a España en una difícil operación de evacuación y rescate.
En Madrid empezó a frecuentar la tertulia de aficionados, escritores y críticos de ciencia-ficción conocida como Círculo de Lectores de Anticipación y colaboró en la revista Nueva Dimensión frecuentemente con relatos y críticas. En los setenta el Círculo se transformó en la Asociación Española de Ciencia-Ficción y en 1975 organizó la Hispacón o reunión anual. En 1978 Mario León, a la sazón director de la colección Albia de la Editorial Espasa-Calpe, publicó su primera novela extensa, La caída del imperio galáctico, la primera novela de una trilogía que se cerraría treinta años más tarde.

Importancia

Conocido por los aficionados españoles como «el buen doctor» (apelativo concedido igualmente a Isaac Asimov), Saiz Cidoncha ha escrito más de una docena de novelas, decenas y decenas de relatos y varios centenares de artículos. Ha publicado en España, Francia, Estados Unidos y en Hungría y, al margen de su obra como investigador en temas militares o históricos (es autor de una Historia de la piratería en América española, de una Historia de la guerrilla en Cuba y otros países de Iberoamérica y de una Historia de la aviación republicana en tres volúmenes), siempre ha escrito obras de ciencia ficción ambientadas en el futuro lejano. Saiz Cidoncha es el cronista del Imperio Galáctico más «clásico» de la ciencia ficción en lengua castellana (La caída del imperio galácticoCrónicas del Imperio galáctico).
Destaca su obra escrita por cultivar el sentido de la maravilla, lo que le convierte en un representante vivo de la llamada Edad Dorada del género, el aprecio por los temas exóticos, la riqueza y variedad de sus personajes y el tratamiento del lenguaje (espectacular en Memorias de un merodeador estelar, donde narra las aventuras de un pícaro estelar durante la larga noche de la caída del imperio galáctico en un claro homenaje a la novela picaresca española del Siglo de Oro). Sus obras están teñidas igualmente de un gran sentido del humor y llenas de referencias a famosas obras del género, lo que hace las delicias del entendido y enriquece la lectura de los nuevos lectores.
Saiz Cidoncha fue igualmente uno de los fundadores del fandom contemporáneo de la ciencia ficción española. Participó en los años 60 en la creación del Círculo de Lectores de Anticipación, en la primera Asociación Española de Fantasía y Ciencia Ficción, fue organizador de la HispaCon de 1975 y colaborador activo de la mítica revista Nueva Dimensión, puntal del género en España en los años 70. También escribió varios cómics para el dibujante Alfonso Azpiri, siendo el cocreador de la famosa Lorna. Igualmente ha colaborado en decenas de fanzines y revistas profesionales o de aficionados, llevando su actividad incesante en defensa y extensión del género por decenas de congresos, convenciones es pañolas (ha estado en todas las HispaCon desde su fundación) o extranjeras (wolrdcon de Bielefield RFA, y de Glaswow GB) como conferenciante invitado.
En la HispaCon de Gijón de 1993 recibió el premio Ignotus a la Labor de toda una vida, otorgado por la Asociación Española de Fantasía y Ciencia Ficción.
Fuente Wikipedia.

lunes, 4 de junio de 2018

DUENDES

Los duendes tal y como son conocidos, son criaturas mágicasfeéricas (relacionadas en algún caso con las hadas) y no forman parte de la tradición cristiana, aunque algunos demonólogos de los siglos XVI y XVII los consideraban un tipo de demonios ya al menos desde la segunda mitad del siglo XV.​
La etimología de su nombre proviene de la expresión "duen de casa" o "dueño de casa", por el carácter entrometido de los duendes al "apoderarse" de los hogares y encantarlos,​ o bien del árabe "duar de la casa" ("que habita, habitante").
En Castilla y León la palabra duende define a un tipo de ser sobrenatural de la cultura popular equivalente al goblin de otros folclores europeos (del francés normando gobelin, nombre originado en el de un fantasma que se decía asoló el pueblo de Evreux en el siglo XII),​ de naturaleza maliciosa hacia los humanos.
Se los describe físicamente como  de aspecto humanoide y muy baja estatura, con algún tipo de poder o conocimiento sobrenatural y provisto de un típico espíritu bromista o malicioso, por el cual se le culpa de todo tipo de daños menores en el entorno doméstico o rural; siendo así, entrarían en la categoría genérica del duende los gnomos, los trasgos, el tomte sueco, el leprechaun irlandés o el poltergeist alemán.
Cubierta del libro La princesa y el duende, de George MacDonald.
Este tipo de supersticiones ligadas a los hogares fueron difundidas por todo el Imperio romano, ya que su religión pagana afirmaba que había unos dioses menores, los lares o genius loci, que habitaban una casa a la que estaban ligados con la función de protegerla. A veces estaban asociados a la familia que construyó la casa o que la habitó desde que fue construida, esto explicaría su frecuente relación con los fuegos del altar familiar u hogar, los pucheros o las alacenas. A esto habría que sumar una noción semejante por parte de los druidas, quizá todavía presente en la creencia germánica en los Kobold. Pero esta tradición se presenta también en el folklore de todas las naciones eslavas, donde son llamados domovik, e incluso en el japonés, donde unas criaturas en todo semejantes se denominan zashiki-warashi. Por lo demás, los djinn de los pueblos semíticos poseen características muy parecidas. La superstición, por otra parte, podría tener una etiología bastante elemental: una justificación maravillosa o imaginativa de los ruidos desconocidos que se producen en las alacenas, sótanos o cuevas subterráneas cerradas de las casas.
Es más, aparte de su origen supersticioso, la leyenda de la llamada "gente pequeña" o "duendes", está tan arraigada en unos lugares concretos de Europa (islas británicas) que algunos han llegado a teorizar la posible existencia de un pueblo humano de pequeña estatura ya desaparecido en estas ubicaciones, lo que ha convertido en más probable el descubrimiento reciente del hombre de Flores y el ya conocido pueblo pigmeo en África.
El alquimista y médico suizo Paracelso (1493-1541) escribió sobre numerosos tipos de criaturas ni humanas ni divinas en su grimorio Philosophia Occulta (1570), a los que llama genéricamente elementales y denominó gnomos (elemento tierra), ondinas (elemento agua), silfos o sílfides (elemento aire) y salamandras (elemento fuego)

viernes, 1 de junio de 2018

THE PRIVATE EYE: LA EDICIÓN ANALÓGICA


Antes de que Edward Snowden saltara a la fama, antes de que Cambridge Analytica exprimiese los datos que tan alegremente subimos a las redes, antes de que nuestra intimidad permease la nube, ya nos avisó... THE PRIVATE EYE.
THE PRIVATE EYE se desarrolla en un futuro inexorable en el que, tras reventar la nube, los datos de todo el mundo han quedado expuestos y la gente acaba protegiendo su intimidad tras una identidad secreta.
Es un ahistoria de ciencia ficiión noir sobre un detective sin licencia, involucardo en una trama de insospechadas consecuencias sociales, y que alerta sobre la renuncia a la privacidad con alarmante precisión.
Presentamos la obra de BRIAN K. VAUGHAN (Saga, Paper Girls), MARCOS MARTÍN (The Amazing spider-Man, Doctor Strange: The Oath) y la colorista MUNTSA VICENTE en una lujosa edición con extras y un completo dosier sobre la génesis de la obra, ganadora del Premio Eisner al mejor cómic digital y publicada originalmente en PanelSyndicate.com