miércoles, 20 de junio de 2018

Lorenzo Lotto


Lorenzo Lotto 052b.jpg

(Venecia, h. 1480-Loreto, 1556/1557). Aunque fue uno de los pintores venecianos de mayor talento en la primera mitad del siglo XVI, Lotto fue también uno de los más peculiares, y su carrera incansablemente itinerante lo marginó un tanto de la escuela veneciana. Parece probable que se formara en su ciudad natal con Alvise Vivarini, pero su primera actividad independiente tuvo lugar en Treviso (h. 1503-1506). Un encargo de los dominicos de Santo Domingo de Recanati le llevó a Las Marcas, donde permaneció seis años (1506-1512). En 1509 trabajó en la Stanza della Segnatura del Vaticano, pero su estilo altamente expresivo y ajeno al clasicismo no debió ser del agrado del papa Julio II, porque rápidamente fue sustituido por Rafael. La ocasión de pintar otro cuadro de altar importante para una iglesia dominicana la tuvo en 1512 en Bérgamo, donde pasó también varios años. En 1525 regresó a Venecia, y allí siguió trabajando para clientes de Bérgamo y Las Marcas además de locales. Esa etapa veneciana se vio interrumpida por nuevas estancias prolongadas en Las Marcas (1538-1540) y Treviso (1542-1545). En 1549 abandonó finalmente Venecia por Las Marcas, y vivió sus últimos años como hermano lego en una comunidad religiosa de Loreto. Lotto pintó sobre todo asuntos religiosos, pero fue también retratista. Sus muchos cuadros de altar, por ejemplo las tres Sagradas conversaciones para las iglesias de San Esteban (ahora San Bartolomé), Santo Espíritu y San Bernardino de Bérgamo presentan esquemas compositivos relativamente tradicionales con una técnica no menos conservadora, que persigue una factura lisa y controlada y se recrea en la exactitud de los pormenores. Pero su expresión del sentimiento religioso es muy personal: rayana a ­veces en lo humorístico, suele transmitir una aguda intensidad emocional, aún más acusada por la acidez y disonancia del colorido. Esas notas también se advierten en pinturas religiosas de formato menor, como el San Jerónimo penitente (Prado), obra tardía, de 1546, que Lotto pintó para su amigo Vincenzo Frizier, regidor del hospital veneciano de Santos Juan y Pablo. La invención compositiva y la penetración psicológica de sus retratos, donde es característica la insinuación de una vida interior tensa y agitada, hacen de Lotto uno de los más grandes retratistas del renacimiento italiano. La sensibilidad hondamente piadosa que aflora en sus cuadros se manifiesta asimismo en el libro de cuentas ­(Libro di spese ­diverse) que llevó durante los dieciocho últimos años de su vida (1538-1556). Ese importante documento, casi único en su género, proporciona abundante información no solo sobre la práctica profesional del artista y su mundo social, sino también sobre sus reflexiones y sentimientos íntimos. La crítica, sin embargo, ha estado muy lejos de mostrarse unánime a la hora de interpretar a través del Libro la personalidad de Lotto y su actitud frente a las controversias religiosas de su tiempo.

Museo del Prado hasta el próximo 30 de septiembre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario