Dos holandeses en Nápoles es un cómic de Álvaro Ortiz realizado con motivo de la exposición Caravaggio y los pintores del norte que se
inaugura en el Museo madrileño Thyssen el 21 de junio, el dibujante Álvaro Ortiz ha creado un cómic en torno a
la figura del célebre pintor lombardo y su influencia en el círculo de pintores
del norte de Europa que, fascinados por su obra, difundieron su estilo. Ortiz
recrea la vida a Gerard Van Honthorst y Dirck Van Baburen, dos de los muchos
pintores holandeses que a principios del siglo XVII dejaron su país para
instalarse en Roma, epicentro del mundo del arte en aquella época. Estos
deciden tomarse unos días libres para viajar a Nápoles con la excusa, tan sólo
excusa, de ver los retablos que pintase Caravaggio, muerto años antes, durante
su estancia en la ciudad.
Del Catálogo de la exposición
“Michelangelo Merisi da
Caravaggio (Milán, 1571-Porto Ercole, 1610) realizó una obra muy variada que
ejerció una enorme influencia sobre el arte del siglo XVII. La observación
realista, un intenso dramatismo y un potente claroscuro son las principales
razones del éxito de su pintura y de su fama como artista. En los Países Bajos,
el pintor y escritor Karel van Mander reconoció ya en 1603 la originalidad del
lombardo. En un apéndice a su Libro de la pintura (1604) hablaba de las “cosas
maravillosas” que estaba haciendo Caravaggio en Roma, y elogiaba su destreza
para “situarse ante la vida y ajustarse a la naturaleza en todos sus colores”.
Era a su juicio un ejemplo “que deberían seguir nuestros jóvenes pintores”, y
así lo hicieron en efecto. De los artistas que incorporaron a su obra elementos
del estilo de Caravaggio, muchos procedían de los Países Bajos, Alemania y
Francia. Esta publicación justamente pone de manifiesto la huella que dejó Caravaggio
en los pintores del norte de Europa y la extraordinaria versatilidad del
maestro italiano con la rica diversidad de respuestas que provocó su obra
pictórica. Una auténtica pasión por la pintura y la ambición de ser a su vez
innovadores movieron a todos los artistas aquí representados mostrando cómo,
entre 1600 y 1630, hubo un animado diálogo artístico que tuvo por fruto estos
brillantes resultados. “
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