Lo mejor que dejó el Salón del comic fueron las novedades:
Al hilo de la magnífica acogida que merecieron "La guerra de Alan" y "La infancia de Alan", Emmanuel Guibert continúa el espléndido fresco sobre la vida de Alan Ingram Cope, su querido amigo norteamericano. En un ejercicio de evocación cargado de nostalgia, mediante un dibujo suntuoso, Guibert consigue captar la esencia de una América extinguida, al tiempo que rinde un emotivo homenaje a una persona humilde y entrañable, alguien que solía decir: «Somos las personas de las que hablamos.»
En esta nueva entrega, Guibert describe con exquisita sensibilidad el impacto afectivo del primer amor y su posterior pérdida. En un viaje a la infancia del protagonista, conocemos su amistad con Martha Marshall, una compañera de escuela. Así, desde los juegos y las travesuras infantiles hasta las reuniones semanales en el coro de la iglesia presbiteriana, seguimos los pasos de Alan: la dura experiencia de su orfandad repentina, la vida de un chico en la California de los años treinta, durante la Gran Depresión. Con el transcurrir del tiempo, su relación íntima con Martha se va diluyendo hasta perderse sin remedio cuando Alan parte a la guerra y se consuma la separación.
Octubre de 1963, un joven Joaquim Aubert, todavía no conocido como Kim, hace autostop en una carretera del sur de Francia. Ha dejado sus estudios de Bellas Artes y le queda un año para empezar el servicio militar, el joven no lo piensa: coge su maleta negra, y marcha para Alemania. Joaquim llega a tierras germanas al igual que tantos otros españoles que viajaron buscando trabajo atravesando Europa. A través de sus ojos y sus recuerdos descubriremos la vida de estos expatriados de la España Franquista.
Kim (El arte de volar, El ala rota, Martínez el facha) compone aquí su obra más personal. Novela gráfica autobiográfica, relato de iniciación y tierno homenaje a una generación que tuvo que dejar su hogar en busca de una vida mejor.
Este relato de Shirley Jackson sigue estremeciendo y perturbando al público lector décadas después de su primera publicación, en 1948. Por momentos enigmática y desgarradora, La Lotería plantea cuestiones problemáticas sobre la conformidad, la tradición y la violencia ritualizada que pueden perseguir aun al pueblo más bucólico y pacífico.
Esta adaptación gráfica editada por NORDICA, de Miles Hyman, nieto de Jackson, permite conocer o redescubrir esta historia como nunca antes se ha hecho. Ha creado una inquietante visión de la aldea donde se desarrolla el relato y del inolvidable ritual que ejecutan sus habitantes. Los detallados paneles a todo color de Hyman generan una oscura atmósfera que aporta una nueva dimensión de terror a la historia original.
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