Es hija del obrero y guitarrista Alaúrdes Gomes Soares, su gran maestro de música, y de la empleada doméstica Josefa Maria da Conceição Soares. Nacida y criada en una favela de Río de Janeiro, vivió la más extrema pobreza.
A los doce años fue obligada por su padre a casarse con Lourdes Antônio Soares y a los trece, ya tenía un hijo, João Carlos. Tendrían varios más y dos de ellos morirían a causa del hambre. Este matrimonio se vería marcado por la violencia de Lourdes, quien en una ocasión le disparó en el brazo, puesto que creía que las cantantes eran prostitutas.
A los 21 años, enviudó de su esposo y tuvo que hacerse cargo de sus cinco niños.
En enero de 1962, comenzó una relación que duraría quince años con el futbolista Garrincha, quien estaba casado y con hijos. La opinión pública fue muy crítica de lo que sería el matrimonio entre ambas figuras, sobre todo con Elza. Sus discos dejaron de venderse y fue marginada.
En 1968, se casaron en la Embajada de Bolivia de la ciudad de São Paulo, debido a que el divorcio no era legal. Esta relación sería conflictiva, ya que a la fuerte crítica de la sociedad brasileña se le sumaban el alcoholismo del futbolista y el maltrato físico a la cantante.
En abril de 1969, sufrió un accidente de tránsito en un coche que conducía su marido en estado de ebriedad. En él viajaba su madre, que falleció en el acto. Elza, su hija Sara y Garrincha salieron ilesos.
Pasados ocho años del inicio de la pareja, fueron obligados por la dictadura militar a abandonar el país, asentándose en Italia. Retornaron a Brasil en 1976, año en que nació Manoel Francisco dos Santos Filho, Garrinchinha, el único hijo del matrimonio.
Soares abandonó al astro del fútbol brasileño, quien falleció de cirrosis a los 49 años, en 1983.
En 1986, con la pérdida de su hijo Garrinchinha en un accidente de tránsito, experimentó una fuerte depresión que la llevó a intentar suicidarse. Fue entonces que abandonó su país y su carrera durante largo tiempo, viviendo en Europa y los Estados Unidos. A pesar de todo, logró recuperarse de esta tragedia y revitalizar su carrera. Volvió a Brasil en 1994.
Elza Soares es un ejemplo de superación: atravesó una vida marcada por la miseria y la violencia, pero nunca se dio por vencida, cantó y le sonrió a la vida.
El 26 de julio de 2015 sufrió la pérdida de su hijo Gilson Soares, de 59 años, debido a complicaciones derivadas de una infección urinaria.
Con más de ochenta años en el 2019, la diva del samba continúa con presentaciones en vivo, a pesar de los problemas de cadera que arrastra desde una caída en 1999. Es considerada una de las leyendas del arte brasileño.
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